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Tras la crisis económica generada por el Covid, la UE ha colocado a la rehabilitación y la reforma como base de la recuperación económica, a través de un fondo de hasta 1,6 billones de euros, repartidos en varias fases, que pretende impulsar la integración de proyectos como el Pacto Verde o la Agenda Digital.
Según publicó el diario El País, Bruselas pretende que todas estas ayudas se canalicen hacia proyectos con visión de futuro en áreas prioritarias. En esta lista prioritaria encabeza una inversión de hasta 250.000 millones al año para una nueva ola de renovación inmobiliaria, en particular en el sector de la reforma y la rehabilitación.
Esto es consecuencia de que en España tenemos, desde el punto de vista energético, un parque de viviendas obsoleto, superior a los 10 millones de viviendas sobre el que hay que actuar con urgencia, para poder alcanzar los objetivos marcados a 2030 y 2050 en lo que respecta al ahorro energético. Y todo porque los edificios son responsables del 40% del consumo energético, así como de su gran despilfarro de energía asociado. ¿Por qué? Porque el 90% de los edificios se construyeron antes del Código Técnico de la Edificación que introdujo aspectos energéticos a la hora de proyectar edificios, y el parque existente se ha construido sin ninguna obligación de aislamiento térmico.
Todo esto ha llevado a que la rehabilitación de las viviendas sea una de las áreas más relevantes para la Unión Europea. Lo que sin duda será un impulso a la actividad del sector del real estate, tanto para intervenciones de pequeña escala como es la reforma de vivienda, como para las de mayor escala, la rehabilitación de edificios.
En lo que respecta a la reforma y la rehabilitación de edificios, cada vez más requieren más y mejores prestaciones, ya sea en lo que respecta a los servicios como en lo que se refiere a materiales.
Se buscan nuevos materiales con prestaciones relacionadas con la protección y seguridad. Y todo esto, además, debe estar alineado con criterios de estética y diseño.
Todos estos factores han llevado a que el vidrio se haya convertido en uno de los materiales más presentes en la arquitectura contemporánea, debido a su gran versatilidad y a sus grandes ventajas, entre ellas la luminosidad inherente al propio material, aunada a sus prestaciones de su eficiencia energética, aislamiento térmico, acústico y de seguridad. Así como la seguridad contra incendios, cuya normativa también se ha desarrollado rápidamente en los últimos años.
En otras palabras, en lo que respecta a la rehabilitación de edificios con materiales eficientes, el vidrio se ha convertido en uno de los materiales más populares para el control energético en un entorno moderno, gracias a su capacidad para proporcionar una barrera a los elementos y el sonido no deseado, al tiempo que permite que la luz inunde los espacios interiores.
Los espacios inundados de luz diurna reciben siempre una prima en lo que respecta al precio de venta o alquiler.
Pero en las áreas urbanas más densas, donde los edificios están muy juntos, puede ser difícil de lograr conseguir esta luminosidad si no es a través del uso de vidrio resistente, y no menos importante, vidrio antifuego que proteja contra la propagación de los incendios entre los edificios.
El vidrio también es un elemento muy utilizado en espacios comerciales modernos, donde se espera que los planos de planta estén bien iluminados con luz natural, siendo este uno de los principales desafíos de diseño cuando se trabaja en edificios en áreas urbanas, sin dejar de lado la seguridad y su resistencia al fuego.
Por ello, para evitar la propagación de incendios de un edificio a otro, la normativa actual de construcción y rehabilitación especifica que las paredes externas de los edificios deben ser capaces de proporcionar resistencia al fuego. Esta normativa tipifica además varios requisitos mínimos de integridad (como por ejemplo cuánto tiempo pueden contener el humo y las llamas) y aislamiento, o el tiempo a evitar el escape de calor en caso de incendio.
El objetivo de estos materiales es garantizar que el fuego esté contenido dentro de la habitación o el espacio de origen; y que la propagación del humo y el fuego esté limitada por una compartimentación resistente al fuego. Esto asegurará que la integridad estructural del edificio se mantenga durante un período razonable, suficiente para el desalojo y rescate de sus ocupantes.
Cuando dos edificios están muy cerca, el acristalamiento estándar no es una opción, ya que no constituye una barrera suficiente para evitar que el fuego se extienda hacia afuera o hacia las edificaciones vecinas, al declararse un incendio.
La industria de acristalamientos ha respondido al desafío de seguridad contra incendios aumentando su inversión en investigación y desarrollo de vidrio resistente al fuego, además de ofrecer una mayor variedad de productos con beneficios adicionales.
Así, se ha conseguido un vidrio resistente al fuego diseñado en base a un sistema multilaminar compuesto de capas de vidrio transparente con otros materiales, pero con una elevada transparencia. En caso de incendio ofrece un alto nivel de protección creando una barrera contra llamas, gases y humos, y bloqueando efectivamente la transmisión de calor.
El vidrio es un producto ecológico, reciclable y circular cuyo único objetivo de hacer que los edificios sean eficientes en términos de ahorro de energía y comodidad visual para los residentes. Y siempre es posible encontrar un producto que da solución a cada tipo de problema en cada proyecto.
Por ello, los acristalamientos y los acristalamientos resistentes al fuego se usan actualmente en todo tipo de edificios e instalaciones. Gracias a la variedad de sistemas existentes, la multifuncionalidad ofrecida por los diversos productos y la amplia gama de clases y dimensiones, siempre teniendo en cuenta la normativa de aplicación a nivel nacional, cubren tres objetivos funcionales principales: crear zonas sectorizadas, vías de evacuación y prevenir la propagación de fuego por fachadas y cubiertas.
Por ello el vidrio en todos sus tipos será la estrella en la renovación y rehabilitación de edificios en los próximos años.
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