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Los pavimentos continuos de microcemento quedan muy bien, y a la vez, aportan características muy interesantes. Aunque también algunos problemas que conviene saber. Por ello, hoy te traemos todas las preguntas sobre el microcemento que no te atrevías a hacer. Y explicarte todo lo que tienes que saber antes de instalar microcemento.
Suelo de microcemento en cocina moderna
El microcemento es un producto que ha evolucionado a partir del cemento, como resultado del desarrollo de la tecnología de los materiales de reforma y construcción, y que cuenta en la actualidad con muchísima aceptación, por sus excelentes aportaciones a los proyectos constructivos o de interiorismo. No se trata por tanto de un nuevo material; de hecho, es conocido desde hace unos cuantos años por los profesionales del sector, si bien se ha popularizado durante esta última década.
En función del país o la zona en que te encuentres, el microcemento también puede ser conocido como cemento pulido (aunque no es exactamente lo mismo), cemento alisado, o también, como microconcreto.
Uno de los principales usos del microcemento es como revestimiento, tanto de paredes como suelos. También se puede utilizar sobre otros muchos tipos de superficies, como, por ejemplo, para fabricar una encimera, o sobre la superficie de una bañera.
Se trata de un material noble, resistente y flexible, con una gama infinita de colores que lo hace un material de revestimiento indispensable para decoradores, arquitectos y particulares, tanto en obra nueva como en reformas y rehabilitaciones.
Este tipo de material cumple una doble función: por una parte, recubren la superficie y ofrecen una solución duradera y resistente; y por el otro, y a consecuencia de su versatilidad y la sencillez en conseguir una personalización, también se utiliza como elemento de diseño, formando parte de la misma decoración.
El microcemento es un material compuesto, formulado a base de cemento, resinas, aditivos y pigmentos minerales. La composición puede variar en porcentajes en función de la marca y el fabricante de que se trate. En su fabricación se utilizan, además de resinas poliméricas, áridos de grano muy pequeño y elementos derivados del cemento. Finalmente, para conseguir los diferentes acabados y/o colores, se deben incorporar diferentes pigmentos.
Se coloca en finas capas, de hasta 2 a 4 mm en conjunto, y que acaban por proporcionar gran resistencia a la superficie, no solo a golpes y arañazos, sino también al calor o a la humedad. Gracias a su aplicación de forma artesanal se consigue un acabado exclusivo y único.
Sus características más importantes son:
Para que la instalación se haga correctamente, puede requerir unos 4 días para el secado de cada una de las capas, dilatando los plazos de ejecución del proyecto significativamente. El tiempo de instalación estará condicionado tanto por el estado del soporte como por el tiempo de secado entre capas. Así que es recomendable no presionar para que se den prisa en la instalación, porque lo harán mal.
La gran mayoría de los problemas a largo plazo con el microcemento se originan como consecuencia de no disponer de un soporte adecuado. Además de disponer de una malla de refuerzo en la parte inferior de los suelos, es necesario verificar que el suelo está completamente firme, y que está nivelado. Si no es así, habrá que solucionarlo antes de aplicar el microcemento. Así, por ejemplo, si se aplicara el material sobre azulejo que no está bien agarrado, es muy probable que el microcemento se acabe por agrietar o deteriorar.
El microcemento es lo suficientemente delicado como para que sea necesaria una aplicación perfecta, ejecutada por profesionales cualificados que hayan recibido la formación adecuada sobre los distintos productos. No debes arriesgar: selecciona una empresa especializada en este tipo de trabajos.
Si no se tiene suficiente cuidado en la instalación o con el mantenimiento, existe la posibilidad de que aparezcan grietas, ondulaciones, burbujas, pérdidas de color o manchas. Estos son los problemas más comunes del microcemento durante y después de la instalación.
Las diferencias de dilatación es la causa principal por lo que no es recomendable aplicar microcemento sobre madera, ya que la contracción y dilatación por el cambio de temperaturas es muy significativa, originando fisuras. Al tratarse de un suelo continuo y sin juntas de dilatación, la tensión producida como consecuencias de los cambios de temperatura o los movimientos (como los originados por las vibraciones o el asentamiento que se producen en el edificio) da lugar a fisuras y grietas.
A la hora de arreglar el microcemento por algunos de los problemas mencionados anteriormente, o por abrasiones o resquebrajamiento por golpes, la solución no es sencilla.
Para poder realizar una reparación de forma correcta, y al no tener juntas, hay que hacerla por zonas grandes, para conseguir que no se note. Adicionalmente, por su carácter personalizado y único, habría que resolver el problema que supone conseguir el mismo color y acabado que en el resto del suelo que se mantiene en buenas condiciones; difícilmente se puede lograr una uniformidad con la instalación original.
Otro de los inconvenientes del microcemento para suelos es que no es un buen aislante térmico, por lo que su uso en ambientes fríos no es muy extendido.
Asimismo, es poco recomendable su instalación sobre suelos en los que rezuma la humedad, ya que deteriorará las capas profundas más endebles, generando también fisuras en la superficie.
Como ocurre con la mayor parte de los materiales, el precio puede variar según se trate de una aplicación en interior o exterior. Su precio instalado puede rondar entre los 24-32 €/m2.
Como hemos visto, las ventajas en la utilización de microcemento superan con creces sus desventajas. Sin embargo, estas deben ser valoradas en cada caso en particular, para conseguir un resultado óptimo. Esperamos haber podido ayudarte a tomar una decisión acerca de este material y evaluar si realmente se ajusta a tus requerimientos. Contáctanos si tienes más dudas, y te asesoraremos.
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