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Hace un par de años, nos encargaron la
reforma integral de un piso con su posterior proyecto de decoración . Uno de los requisitos fundamentales por parte de nuestro cliente era mantener y reutilizar un par de puertas de la vivienda original en el proyecto de decoración definitivo.
Al tratarse de una vivienda antigua, tuvimos que
utilizar una amoladora (he de admitir que tuve que consultar
este listado comparativo para conocer características y decidir cuál utilizar, porque siempre es importante utilizar la herramienta correcta al realizar cada tarea) para conseguir
liberar las puertas de su antigua ubicación sin dañarlas, al romper las viejas bisagras.
Al conversar en profundidad con el cliente, entendimos rápidamente el por qué de su “curiosa” solicitud. La vivienda que estábamos “tirando abajo” había sido su casa de la infancia. Y las puertas del salón le aportaban esa sensación de “sentirse en casa”, ya que eran las puertas que cuando niño abría cada día cuando regresaba al hogar después de salir del cole.
Esto nos hizo reflexionar sobre
la importancia de realizar una adecuada gestión del cliente en lo que respecta a sus
sentimientos y emociones, al
realizar un proyecto de reforma.
Porque al fin y al cabo, una reforma es un proceso de cambio. Algunas veces, el cambio puede resultar muy traumático para el propietario; y otras, quizás no tanto. Dependerá de las circunstancias de cada uno de los clientes.
Lo que sí que quedó evidenciado es que en un proyecto de reforma siempre hay que realizar una adecuada gestión emocional. Así como gestionar también temas como la resistencia al cambio, la gestión de la incertidumbre, o la gestión de problemas.
La clave, como siempre, es escuchar al cliente, e intentar entender también sus emociones. En muchas ocasiones, esto implica saber leer entre líneas en aspectos que no son tan claros ni evidentes.
Así que, como hemos comprobado, la gestión emocional es un aspecto clave al realizar una reforma, y que debe ser considerado desde el inicio de cualquier proyecto de cambio, ya sea de reforma o de interiorismo.
Para afrontar una reforma, ya sea parcial o integral, como primer paso, debes comprender que en el proceso abarca dos dimensiones diferentes:
En el caso de que tengas un fuerte apego emocional con la vivienda, quizás sea conveniente que participes activamente en las tareas preliminares a la reforma , como ser la búsqueda de un trastero (en caso de que preveas que te será necesario) o del vaciado inicial del piso; o de ser posible, y si la empresa que has contratado te lo permite, participar en el derribo o el desmontaje de alguna zona de la vivienda antigua. Así podrás realizar esa ruptura emocional con tus recuerdos, hacer catarsis, e iniciar con buen pie el camino del cambio.
Otras formas de involucrarte es organizar visitas a tiendas especializadas, para ver y escoger de primera mano los materiales a ser utilizados, las texturas, decidir la paleta de colores, así como las calidades que deseas para tu reforma.
¡Siempre hay opciones para involucrarte activamente desde el inicio de tu proyecto!
La confianza entre la empresa que hayas contratado y tú es fundamental para que puedas delegar, para que no tengas que pasar cada día a ver cómo avanzan las obras, y para que no tengas que estar “supervisando” todo lo que se hace. Todo esto podría ser muy estresante para ti.
Y recuerda: tu estado emocional afectará directamente al equipo de reformas que hayas contratado.
Recuerda además que la empresa que hayas seleccionado trabajará con tu mismo objetivo, y buscará los mismos resultados que tú.
Así que compartiréis la misma “aventura”. Por lo que mejor ahórrate quebraderos de cabeza y
sigue con tu vida; a no ser que sean ellos los que te reclamen.
Perder el norte en una reforma es muy fácil. Cada día surge una emoción nueva, y no siempre es positiva: aparecen problemas e inconvenientes nuevos, cambios en el diseño, ideas nuevas…
Por ello, lo más importante es que te limites a seguir un plan de ruta: los cambios de última hora, además de generarte más tensión e incertidumbre como propietario, suponen más presupuesto, más tiempo, más complicaciones y también más quebraderos de cabeza.
Y si quieres vivir una
reforma de una manera más tranquila y despreocupada, te recomendamos que cuentes entonces con la
ayuda de un buen profesional. La comunicación será más fluida, te permitirá delegar a terceros, y casi que te olvidarás que estás haciendo una reforma integral en tu casa.
Una reforma, y en particular una reforma integral, no es un proceso de horas, sino de semanas, y en ocasiones, dependiendo de su alcance, inclusive puede durar varios meses.
Esta es una de las razones por las que es importante establecer fecha de inicio, así como una fecha de finalización que sea razonable.
En una reforma integral, durante la primera semana, los cambios son muy rápidos y muy visibles. Pero quizás en la segunda y tercera semana la cosa vaya un poco más lenta, puesto que es necesario que se lleven a cabo muchas tareas no visibles que son imprescindibles para conseguir los acabados finales, garantizar la seguridad de los trabajadores, y garantizar la funcionalidad de tu vivienda.
Así que no te desesperes, porque si existe un plazo marcado, y se hará todo lo posible para que ese plazo se cumpla.
En cualquier tipo de proyecto, los imprevistos estarán presentes. Por lo que si surgiera alguno, evita preocuparte demasiado. La frustración sólo conseguirá que te estreses en demasía por algo que tiene solución, por lo que no vale la pena. Respira; lo verás todo mucho mejor ahora.
Después de todas estas consideraciones, ¿crees que ya estás preparado para empezar con las obras de tu reforma? Recuerda leer este post cuantas veces lo necesites, memorízalo, y repítelo como un mantra.
Queremos hacerte el proceso más fácil y llevadero para convertir tu vivienda en la casa de tus sueños.
¿Hablamos?
Para finalizar, si te has quedado con curiosidad sobre lo sucedido con las puertas que nuestro cliente solicitó conservar, te dejamos este video para que veas cómo hemos realizado todo el proceso de restauración. Hemos utilizado la amoladora, lijas, rasquetas, punzones, barniz, espejos, y algún que otro utensilio más, para dejarle un aspecto más rústico.
Y esta es la foto de cómo han quedado en la nueva decoración de interiores. No dejes de ver la "sorpresa" que se esconde detrás de esas puertas. ¿Qué opinas? ¿Nos envías tus comentarios?
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