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Los pellets ya se han convertido en elementos básicos del sector energético de Europa. Y también están ganando popularidad en el resto del mundo. Se les utiliza para producir calor a nivel industrial y particular. Esta es sin lugar a duda una buena noticia, porque la gente finalmente se ha dado cuenta de la importancia ecológica y económica que implica la sostenibilidad, también en el sector de la energía.
En Europa cada vez más las casas particulares, los complejos de viviendas, edificios de oficinas y las industrias, consumen pellets de madera para alimentar las calderas con las que logran generar diversos tipos de energía. Se han sumado así a los millones de hogares e industrias de todo el mundo que usan actualmente estufas de pellets de madera para la calefacción.
Los pellets son un combustible de biomasa granulado alargado a base de madera. Se fabrican mediante el prensado de serrín, y donde la propia lignina de la madera hace de aglomerante. Este proceso les da una apariencia brillante como si estuviesen barnizados, y los hace más densos que la madera original, por lo que estos pequeños gránulos se queman de forma más eficiente que otras formas del mismo material. Y como no se necesita ni pegamento ni ninguna otra sustancia más que la misma madera en su fabricación, se ha convertido en uno de los productos más ecológicos y sostenibles de la actualidad en el sector energético.
En consecuencia, se han convertido en un material combustible comúnmente disponible, y que se suministran a grande, mediana y pequeña escala (ya pueden encontrarse empaquetados para que también puedan ser usados fácilmente en el hogar, mediante una caldera de pellets ).
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Todos sabemos que la madera es una gran fuente de combustible desde tiempos inmemoriales y muy remotos de la antigüedad. Pero a pesar de ello, los fabricantes de pellets están transformando el proceso de fabricación para que la madera utilizada en su composición se queme de manera más eficiente y completa, generando una mínima cantidad de cenizas.
Por ello, estos pellets de biomasa ofrecen una alternativa sostenible, sustentable y menos contaminante que otras fuentes de combustible. Debido a la forma de fabricación, que comentábamos anteriormente, los pellets se queman de manera más limpia, adecuándose mucho mejor a las diversas consideraciones de salud y control de la calidad del aire.
Según la cantidad de ceniza que produzcan al quemarse, los pellets se dividen en tres categorías: para la categoría Premium, el residuo de cenizas debe ser de menos del 1%, para la Estándar está entre el 1 y el 2% y para la Industrial es mayor del 3%. Estos residuos finalmente pueden eliminarse como sólidos inertes, pero hay quienes los usan como abono o para fabricar compost.
Por todos estos motivos también se han convertido en el combustible preferible al carbón para la generación de electricidad y calor a gran escala. Gran parte de las plantas de carbón de los servicios eléctricos en Europa han comenzado a incorporar pellets de madera en su proceso de producción, debido a los mandatos de los gobiernos y de la UE para regular las emisiones de contaminantes y gases de efecto invernadero. Este uso de los pellets a largo plazo de las fuentes de combustible no contaminantes para la generación de electricidad, es el futuro de la llamada “energía ecológica”.
Ya dijimos que son fabricados bajo estrictas normas (ISO17225-2) y sin añadir aditivos. Pero tienen otra ventaja: dado que los componentes de los pellets proceden o bien de los desechos de la industria maderera que usa materiales de bosques gestionados de forma sostenible o bien de residuos forestales, no computan y no generan ningún incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero, pues gran parte de la materia prima que los componen proviene de elementos como el serrín, las virutas y las astillas que quedan después de la manufacturación de la madera, que acaban por compactarse en pequeños gránulos densos.
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Los pellets tienen varias ventajas respecto a la madera:
Como desventajas, podríamos citar algunas:
Si bien cualquier tipo de madera podría ser utilizada para fabricar pellets, lo que importa es que sea una fuente de biomasa responsable. Este tipo de material de madera sostenible es relativamente fácil de encontrar en la mayoría de los países. En los bosques, puede provenir de dos fuentes principales: residuos de sotobosque y residuos forestales.
El sotobosque corresponde a una capa de pequeños árboles y plantas que, si se acumulan, pueden resultar en un peligro, pues se convierten en el combustible perfecto para los incendios forestales. Por ello es necesario mantenerlos bajo un estricto control y realizar podas periódicas. Y los residuos forestales, en forma de tocones, ramas superfluas y maderas que no pueden industrializarse, también se utilizan como materia prima para la fabricación de los pellets.
Los bosques y montes necesitan que se los libre del sotobosque y de los residuos orgánicos que generan, para mantenerlos seguros. En ambos casos estos elementos resultantes deben ser retirados, pues de lo contrario podrían ser portadores de alguna enfermedad que contamine a otros árboles, o el sustrato para los incendios forestales. Además, está comprobado que si estos residuos se deteriorasen de manera natural producirían más metano de que si se les incinera en forma de pellets, al tiempo que se aprovecha su poder calórico.
Finalmente, en la actualidad muchos bosques se plantan de manera responsable y sostenible, para mantener la eficiencia de los mismos. Por lo que la siembra, la cosecha y la replantación de bosques dedicados a la producción energética son elementos clave de un sistema de energía de biomasa integrada.
En resumen, la generación de biomasa es una forma muy eficiente de resolver varios problemas a la vez:
¿Por qué no te pasas tú también a la generación de energía a partir de biomasa en forma de pellets?
Ya puedes consultar algunos de nuestros artículos anteriores: