Ahorrar dinero en el hogar y contribuir con la ecología, el reciclaje y el medioambiente

Con solo cambiar pequeñas acciones y algunos gestos en tu día a día puedes conseguir que tu casa sea más ecológica y saludable.   Hoy te proponemos algunos trucos que te ayudarán a demostrar tu amor por el medio ambiente, y que también te ayudarán a ahorrar más dinero.   ¿A qué esperas para aplicarlos en tu hogar?

No malgastes agua

1- Regula bien la temperatura de tu hogar

¿Sabías que con solo dejar de reducir en un grado la temperatura del aire acondicionado podrías estar reduciendo en un 10% el consumo energético en tu hogar?    Algo similar sucede si dejas de poner la calefacción a muy alta temperatura en invierno.    No es necesario que la pongas a 25º, para poder ir en manga corta por casa.   Según los expertos, la temperatura ideal es de 20-21º.    Y si además programas las horas de encendido y apagado de la calefacción de acuerdo con tus horarios (en vez de dejarla siempre encendida) la factura no se te disparará.

Una opción de calefacción cada vez más demandada, y muy interesante por sus muy buenos resultados, es la calefacción por suelo radiante .   Esto se debe a que se trata de una alternativa que se puede aplicar tanto como sistema de calefacción de la vivienda, o como refrigeración en el verano.

¿Cuáles son sus ventajas?  El suelo radiante es una buena opción de calefacción porque distribuye el calor de forma homogénea.   Como se trata de un tipo de calefacción cuya canalización se integra, habitualmente, bajo el suelo de la vivienda, y por tanto, el calor proviene del suelo, éste se transmite por convección, y no se concentra ni se pierde en la parte alta de la habitación.   Esto contribuye a mantener una temperatura agradable durante más tiempo en el ambiente, y mejora sustancialmente el confort.

La instalación del suelo radiante no es compleja ni costosa.   Sin embargo, hay un aspecto que puede encarecer el precio de la obra, y es si la vivienda es una vivienda ya terminada, donde la instalación sí que requiere realizar una actuación de mayor envergadura.

2- La iluminación

Aquí te dejamos un consejo muy básico pero muy eficaz: si no estás en una estancia ¿por qué dejar la luz encendida?   Apaga la luz siempre que no la estés utilizando.

Por otra parte, a estas alturas, la sustitución de bombillas tradicionales incandescentes por otras de alto rendimiento energético ya es una gran obviedad.   Te recomendamos sustituir todas las bombillas de casa por unas de bajo consumo.

Es cierto que en Europa ya no se realiza la comercialización de elementos con tecnología incandescente, pero en otros países aún pueden existir.   Si bien pueden resultar inicialmente más caras, a la larga ahorrarás bastante dinero.   Para que te hagas a la idea: las bombillas eficientes consumen hasta 80% menos energía que las bombillas incandescentes y tienen hasta 10 y 15 veces mayor vida útil.

Por eso, entre las opciones disponibles, las bombillas LED son la mejor elección, ya que son las más duraderas, ahorran más energía y no se calientan.   Si bien inicialmente son más caras cuando las compras, una bombilla LED tiene una mayor vida útil, de unas 25.000 horas, por lo que la inversión inicial merece la pena.  Y además, el gasto por el consumo es muchísimo menor, del orden del 10% que las anteriores, lo que repercutirá positivamente en el importe de tu factura de la luz.

3- Instala placas solares

Otra forma de reducir tu factura de luz, es utilizando energías renovables y más en concreto, la energía solar.   Puedes ahorrar en la factura de la luz desde el primer momento, a la vez que cuidas del medio ambiente y aprovechas tu suministro, gracias al autoconsumo solar.  El autoconsumo fotovoltaico se define como la energía generada gracias a una instalación de placas solares propias, mediante los cuales te abasteces y ahorras obteniendo tu propia electricidad.

Y además de hacer un bien al planeta, podrás tener acceso a diversas ayudas y subvenciones que ofrecen las diferentes Comunidad Autónomas (y el propio municipio en el que residas). También podrás disfrutar de una bonificación del IBI , así como algunas otras subvenciones como la deducción del IRPF o la bonificación de un préstamo ICIO.

4- No malgastes agua

Nos lo han repetido hasta la saciedad desde que éramos pequeños, pero que continuamos olvidándolo de vez en cuando: cerrar el grifo del agua cuando no se esté utilizando.   Ciérralo cuando te estés lavando los dientes, afeitando o enjabonando el cuerpo en la ducha, por ejemplo.   Es que en un solo minuto de “olvido” se desperdician unos 10 litros de agua…

Una opción interesante para ahorrar agua es instalar limitadores de caudal en la boca de los grifos (conocidos como aireadores), los cuales impiden que el flujo de agua se abra más allá de un ángulo determinado.   Con este pequeño ajuste, el consumo de agua de los grifos pasa de aproximadamente 15 a 8 litros por minuto y el de la ducha de 20 a 10 litros.   ¡Y no te olvides de los WC con doble cisterna!

¿Algunos otros consejos “de los de toda la vida” para ahorrar agua? Ducharse en lugar de bañarse; no usar el WC como cubo de basura; y ¡cuidado con el riego y con los horarios en que riegas!

5- Unas buenas ventanas son una inversión de futuro. Sustitúyelas

Llegamos a otro clásico: la sustitución de ventanas antiguas por unas de PVC con doble (o múltiples) cristal con ruptura térmica.

Es cierto que la sustitución de ventanas por unas nuevas y más ecoeficientes también puede suponer un gran desembolso.   Pero como las ventanas de doble y triple cristal aíslan mucho mejor que las de un solo cristal, acaban por reducir tu factura de energía.   No es broma: con unas buenas ventanas, las pérdidas de energía que se producen se pueden llegar a reducir hasta en un 70%.

Pero presta atención: este es el momento justo para recordarte que un cambio de ventana no es efectivo si no se cambia el marco de unión a la fachada, para eliminar cualquier resquicio que favorezca el flujo de aire y eliminar la consiguiente pérdida de energía.   Por lo que requerirá que hagas una pequeña reforma, para aprovecharte de todos estos beneficios.

6- Las persianas también cuentan (y mucho)

Por supuesto, unas buenas ventanas deben ir acompañadas de unas persianas que estén a su altura.   Si ponemos unas ventanas aislantes, pero las persianas no lo son, habremos malgastado el dinero, ya que nos entrará aire a través de las persianas, arruinando el aislamiento logrado por las ventanas.   Y unas buenas persianas también te protegerán del sol directo, y reducirán la necesidad de refrigeración en el verano.   Por eso, si has decidido cambiar tus ventanas, te recomendamos que cambies las persianas también.

7- Purifica el aire con plantas

Puedes crear un auténtico pulmón verde en tu hogar reuniendo varias plantas en un rincón.   Intenta que el sitio sea luminoso, pero recuerda evitar la luz directa, para que las plantas puedan desarrollarse mejor, y así sean más efectivas al purificar el aire.   Y para otorgarles un efecto decorativo aún mayor, colócalas a varias alturas y juega con su tamaño, los tamaños y colores de las hojas, o las flores.

8- Elimina los plásticos

Intenta eliminar los plásticos lo máximo posible, al menos los que usas en tu día a día.   Elimina las bolsas de plástico, los envases de plástico, o los envoltorios de plástico.   Volvamos a las costumbres de nuestras abuelas: llevemos nuestras propias bolsas al hacer la compra; y en lo posible usemos bolsas de materiales reciclados.

Y por favor: ¡recupera los recipientes de almacenaje de cristal!  Además de ser ecológicos, ¡decoran tan bien!

9- Reutiliza

Considera siempre la opción de comprar artículos reutilizables.   Algunas opciones posibles podrían ser las baterías o pilas recargables y, por supuesto, las bolsas para la compra.

Yendo un paso más allá en el tema, puedes echarle un poco de imaginación a la vida y dar una “segunda oportunidad” a tus cosas viejas.   Piensa que prácticamente todo se puede reutilizar y reconvertir.   En otros artículos ya hemos hablado sobre algunas ideas básicas sobre conceptos como el “upcycling”, la decoración “circular” y la decoración sostenible.   Pero piensa que las posibilidades en este sentido son casi infinitas…

10- Si se rompe… no lo tires: repáralo

En general estamos bastante mal acostumbrados a no reparar las cosas cuando se rompen.   Muchas veces directamente las desechamos; simplemente las sustituimos por otras nuevas.   Aunque en algunas ocasiones no queda otra opción, en otras nos equivocamos, ya que podrían tener arreglo.    Esta opción es muy interesante si se trata de algo que cuesta bastante dinero, o algo a lo que le tienes especial cariño: busca un buen profesional que te lo arregle.   Aunque creas que no, todavía los hay, y los puedes encontrar fácilmente en Internet.   Y si tú eres un manitas, no necesitarás mucho ánimo para ponerte manos a la obra.



¿Qué te han parecido nuestras 9 propuestas para tener un hogar algo más ecológico?   Son cosas tan obvias que quizás ya las estés practicando en tu propia vida.   O quizás, como son tan obvias, nunca te habías parado a pensar sobe ellas.   Si este fuera el caso, ahora que las has identificado, ¡no dejes de practicarlas! ¡Es hora de que todos tengamos una mentalidad más eco en nuestras vidas y en nuestros hogares!